El Altar de Bronce, el Altar de Oro y el Propiciatorio: Un Solo Trono de Dios y la Manifestación de Su Righteousness
El Altar de Bronce, el Altar de Oro y el Propiciatorio: Un Solo Trono de Dios y la Manifestación de Su Righteousness
Introducción
La teología del tabernáculo y el templo en la Biblia presenta un sistema complejo de muebles y rituales que reflejan la forma en que Dios establece su relación con la humanidad. En el contexto de Apocalipsis, los tres elementos principales del tabernáculo: el Altar de Bronce, el Altar de Oro y el Propiciatorio, aparecen como un solo sistema unificado, el cual representa el Trono de Dios. Sin embargo, la interpretación de este sistema suele llevar a la pregunta: ¿El Altar de Bronce representa "justice" (justicia retributiva) o "righteousness" (justicia restauradora)? Este ensayo argumenta que el Altar de Bronce, al formar parte del Trono de Dios, representa la righteousness de Dios, es decir, su justicia redentora y restauradora, en lugar de la simple retribución o castigo.
El Concepto de Justicia en la Biblia: Justice vs. Righteousness
En el hebreo del Antiguo Testamento, el término más cercano a "justicia" es צדקה (tzedakah), que se traduce frecuentemente como righteousness en inglés. Este concepto no se limita a la retribución o al castigo de los malvados, sino que enfatiza la fidelidad de Dios a su pacto y su acción redentora a favor de su pueblo. En contraste, "justice" en inglés suele referirse a la idea de juicio y equidad en la distribución de retribución o castigo.
Cuando se estudia el sistema sacrificial del Antiguo Testamento, es crucial notar que el Altar de Bronce no era el lugar donde se sacrificaban los animales, sino donde se llevaban a cabo la aspersión de sangre y la quema de las partes de las ofrendas que eran dedicadas a Yahvé. El sacrificio como tal ocurría en un espacio designado junto al altar, donde el sacerdote degollaba al animal, recogía su sangre en un recipiente y la llevaba al altar para su aplicación según el tipo de sacrificio.
La sangre de los sacrificios de expiación, de paz y los holocaustos era derramada en la base del Altar de Bronce, lo que generaba un flujo constante de sangre, casi como un río, alrededor del altar. Esta imagen, en Apocalipsis, se transforma en un río de agua viva que fluye desde el Trono de Dios (Apocalipsis 22:1). Este paralelismo refuerza la idea de que los tres muebles —el Altar de Bronce, el Altar de Oro y el Propiciatorio— no solo están conectados en función, sino que se fusionan en una sola realidad celestial: el Trono de Dios. En el contexto de la Nueva Creación, lo que antes era un río de sangre expiatoria se convierte en un río de vida, demostrando que la justicia restauradora de Dios ha alcanzado su plenitud.
Apocalipsis y la Integración del Sistema Sacrificial
El libro de Apocalipsis presenta una visión celestial en la que los tres muebles del tabernáculo están interconectados y funcionan como una sola entidad.
Apocalipsis 6:9 muestra a los mártires debajo del Altar, clamando por justicia. La imagen es clara: el altar no es solo un lugar de aspersión de sangre, sino también de intercesión y espera por la fidelidad de Dios en vindicar a los suyos.
Apocalipsis 8:3-5 presenta al ángel con el incienso en el Altar de Oro, donde las oraciones de los santos suben ante Dios. Esta escena muestra que el altar no es un sitio de castigo, sino de intercesión y conexión entre Dios y los suyos.
Apocalipsis 9:13 y 14:18 revelan que la voz del trono proviene del Altar de Oro, lo que indica que este altar participa activamente en la ejecución de la justicia divina.
Apocalipsis 16:7 añade que el Altar mismo habla, declarando la rectitud de las acciones de Dios.
En este contexto, el Altar de Bronce se conecta con la aplicación de la sangre y la quema de ciertas porciones de las ofrendas en la tierra, el Altar de Oro con la intercesión y la presencia divina, y el Propiciatorio (Hilasterion) con la manifestación plena del Trono de Dios. Juntos, estos tres elementos forman un solo trono, el lugar donde se cumple la righteousness de Dios, no solo en juicio, sino también en redención y restauración.
El Altar de Bronce como Expresión de Righteousness
Si bien el Altar de Bronce es donde se aplicaba la sangre y se quemaban las porciones de sacrificio asignadas a Dios, su propósito no era retributivo en el sentido de aplicar un castigo sobre el pecador, sino proveer un medio de purificación y reconciliación. Hebreos 9:22 declara: "Sin derramamiento de sangre no hay remisión", lo cual indica que la sangre en el altar era un instrumento de gracia y no simplemente un medio de juicio.
En Levítico 17:11 se refuerza esta idea: "Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas". Esto muestra que el altar de bronce no es un lugar de destrucción, sino un lugar de restauración.
Cuando Apocalipsis 6:9 menciona que las almas de los mártires están debajo del altar, se refuerza esta idea: estos son los que han sido "ofrecidos" en sacrificio como testimonio, y su posición indica que su sacrificio está protegido dentro del sistema redentor de Dios, no como una muestra de castigo, sino de vindicación y fidelidad divina.
Conclusión
El Altar de Bronce, el Altar de Oro y el Propiciatorio no deben verse como elementos separados dentro del sistema de adoración en la Biblia, sino como un sistema unificado que representa el Trono de Dios. En este sistema, la "justicia" que se manifiesta no es una justicia retributiva en el sentido humano de "punición y recompensa", sino la righteousness de Dios: su fidelidad al pacto, su acción redentora y su restauración de los suyos.
El Altar de Bronce no representa simplemente "justice" como castigo o retribución, sino "righteousness" como el medio por el cual Dios, a través de la sangre rociada y la quema de ofrendas, reconcilia a los suyos consigo mismo. En el Apocalipsis, este altar sigue teniendo un papel central en la intercesión, la restauración y la manifestación final de la victoria de Dios sobre el mal. Por tanto, al considerar estos tres muebles como un solo sistema, se revela que el Trono de Dios no es solo un trono de juicio, sino un trono de gracia, fidelidad y justicia restauradora.
Comentarios
Publicar un comentario