La Relación entre καθαρίζω (Katharízo) y כָּפַר (Kaphar) en la Septuaginta y su Aplicación en 1 Juan 1:9
La traducción de la Biblia hebrea al griego en la Septuaginta (LXX) fue un esfuerzo no solo lingüístico sino también teológico. Este proyecto buscaba captar y transmitir conceptos fundamentales de la fe israelita en un contexto cultural y lingüístico griego. Un ejemplo fascinante de esto es el uso de la palabra griega καθαρίζω (katharízo), que en varios pasajes se emplea para traducir el hebreo כָּפַר (kaphar). En este ensayo, exploraremos cómo la Septuaginta emplea καθαρίζω en pasajes como Deuteronomio 32:43, Levítico 16:19, Proverbios 16:16 y Deuteronomio 30:6, y cómo esto se conecta con el uso en 1 Juan 1:9 en el Nuevo Testamento, defendiendo que καθαρίζω captura no solo la idea de limpieza física o ritual, sino una profunda purificación espiritual vinculada a la expiación.
1. Contexto y Propósito del Uso de καθαρίζω en la LXX
La Septuaginta se creó para hacer accesible la Biblia hebrea a las comunidades judías de habla griega en el mundo helenístico. Esto implicó no solo traducir palabras, sino también transmitir conceptos teológicos profundamente arraigados en el sistema sacrificial y espiritual del Antiguo Testamento. La palabra hebrea כָּפַר, que aparece con frecuencia en contextos de expiación, cubrimiento y reconciliación, necesitaba un equivalente en griego que no solo captara su sentido sacrificial, sino también su implicación en la purificación de la persona y la comunidad.
2. Análisis de Deuteronomio 32:43 y Levítico 16:19
En Deuteronomio 32:43, כָּפַר se utiliza en el contexto de la expiación de la tierra. El pasaje se refiere a Dios actuando para purificar la tierra de las impurezas causadas por el pecado. En la LXX, este verbo se traduce como καθαρίζω, indicando que los traductores entendieron que la acción de expiar implicaba una purificación. Aquí, καθαρίζω no solo se relaciona con la eliminación de culpa o pecado, sino con una limpieza profunda que restaura la pureza original.
En Levítico 16:19, כָּפַר se usa en el contexto del Día de la Expiación, cuando el sumo sacerdote rociaba sangre sobre el altar para purificarlo. La LXX traduce este acto también con καθαρίζω, subrayando que la expiación es más que un acto simbólico; es una purificación que restaura lo sagrado y elimina las impurezas espirituales que afectan tanto a las personas como a los objetos sagrados. Este uso refleja cómo los traductores de la LXX vieron la expiación y la limpieza como aspectos inseparables de la obra de Dios.
3. Proverbios 16:16 y el Uso de περικαθαρίζω
En Proverbios 16:16, no se usa directamente כָּפַר, pero se encuentra el término περικαθαρίζω, un verbo griego relacionado que amplifica la idea de limpieza. περικαθαρίζω sugiere una purificación total, que abarca todos los aspectos de una persona o un objeto. Este término enfatiza que, en el ámbito espiritual, la limpieza o purificación es un proceso integral que abarca todos los niveles, no solo el exterior, sino también el interior.
Aunque este verbo no se traduce directamente como כָּפַר, la elección de usar un término que tiene un énfasis en la limpieza profunda y total en el contexto de la sabiduría hebrea muestra que la LXX tiende a ver la purificación como algo que va más allá de lo físico o ritual. Esto tiene implicaciones para entender cómo los conceptos de purificación y expiación se relacionan en el pensamiento judío y griego.
4. Deuteronomio 30:6 y la Purificación del Corazón
En Deuteronomio 30:6, se lee sobre Dios "circuncidando" el corazón de su pueblo para que lo ame con todo su ser. En este pasaje, la LXX emplea un término relacionado con καθαρίζω para describir esta acción. Este uso subraya que la purificación en el contexto espiritual no es solo externa, sino que implica una transformación interior que afecta las intenciones y los afectos del corazón.
La idea de "circuncidar" el corazón en hebreo está muy ligada a la noción de purificar, eliminando todo obstáculo espiritual para que la persona pueda servir y amar a Dios plenamente. Al usar καθαρίζω en este contexto, la LXX refuerza la idea de que la purificación divina es integral y transformadora.
5. Isaías 6:7 y la Expiación como Purificación
Isaías 6:7 presenta un escenario en el que un carbón encendido toca los labios de Isaías, y Dios declara que su iniquidad ha sido expiada. En la LXX, כָּפַר se traduce aquí como ἐξιλάσθη (exilásthē), que está relacionado con ἱλάσκομαι, enfatizando la propiciación. Aunque este pasaje usa un término diferente a καθαρίζω, es relevante para el tema, ya que conecta la expiación con la purificación. La expiación no solo cubre la culpa, sino que purifica y transforma al individuo, preparándolo para servir a Dios.
Este pasaje demuestra que, incluso cuando no se utiliza καθαρίζω, la idea de que la expiación implica una purificación sigue siendo consistente. El enfoque está en cómo Dios, al expiar, también purifica a la persona de sus pecados y la restaura.
6. Aplicación en 1 Juan 1:9: καθαρίζω en el Contexto del Nuevo Testamento
En 1 Juan 1:9, el autor del texto declara que Dios es fiel y justo para perdonar los pecados y καθαρίζει (limpiar) de toda injusticia. Aquí, καθαρίζω se utiliza para describir una acción divina que purifica al creyente no solo externamente, sino internamente. El uso de καθαρίζω en este contexto está en línea con cómo la LXX lo emplea para traducir כָּפַר en los pasajes mencionados, enfatizando la dimensión purificadora de la expiación.
La limpieza de la injusticia en 1 Juan 1:9 implica que el perdón y la purificación son procesos que van juntos. Dios no solo libera al individuo de la culpa del pecado; también lo purifica, eliminando la mancha y el efecto del pecado en su vida. Esta interpretación está alineada con el pensamiento expuesto en la LXX, donde la expiación y la purificación son vistas como dos caras de la misma moneda.
7. Conexión Teológica y Conceptual entre καθαρίζω y כָּפַר
El uso de καθαρίζω en la LXX para traducir כָּפַר en pasajes como Deuteronomio 32:43 y Levítico 16:19 muestra que los traductores entendieron la expiación no solo como un acto ritual, sino como un proceso que implica purificación y restauración. El concepto de expiación en el Antiguo Testamento es integral y abarca tanto el perdón como la limpieza. La limpieza no es solo física o ceremonial; es una renovación espiritual que restaura la relación entre Dios y su pueblo.
En el Nuevo Testamento, esta comprensión se mantiene y se amplía, como se ve en 1 Juan 1:9, donde la limpieza es el resultado del perdón divino. La consistencia entre la LXX y el Nuevo Testamento subraya una continuidad en el pensamiento teológico sobre la expiación y la purificación.
8. Implicaciones para la Comprensión de la Expiación y la Purificación en la Biblia
El uso de καθαρίζω para traducir כָּפַר y otros términos relacionados en la LXX y su aplicación en el Nuevo Testamento en 1 Juan 1:9 nos invita a reflexionar sobre la naturaleza integral de la expiación y el perdón en la Biblia. La expiación no es solo un acto que cubre el pecado, sino un proceso que transforma y purifica al individuo y a la comunidad. Esto tiene profundas implicaciones teológicas:
- La Expiación como Restauración Completa: La idea de que expiar implica purificar nos lleva a entender que la obra de Dios en la expiación es total. No solo perdona, sino que también purifica y restaura, asegurando que la relación rota con Dios se renueva completamente.
- La Purificación como Base para la Relación con Dios: La limpieza que Dios efectúa prepara al creyente para una relación más íntima y plena con Él. Esto se ve tanto en la LXX como en 1 Juan 1:9, donde la purificación es la base para el acceso y la comunión con Dios.
Conclusión
En resumen, el uso de καθαρίζω en la LXX para traducir כָּפַר en pasajes como Deuteronomio 32:43 y Levítico 16:19, así como su aplicación en 1 Juan 1:9, muestra una conexión teológica profunda entre la expiación y la purificación en las Escrituras. Los traductores de la LXX y los autores del Nuevo Testamento presentan la expiación no solo como un acto de perdón, sino como un proceso transformador que purifica y restaura al individuo y la comunidad.
La comprensión integral de la expiación y la purificación que encontramos en estos textos nos invita a ver la obra de Dios como algo completo, que va más allá del perdón de los pecados y alcanza una transformación total y una renovación de la relación con Él. Este enfoque no solo enriquece nuestra teología de la expiación, sino que también nos llama a experimentar una limpieza espiritual que transforma cada aspecto de nuestras vidas.
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